Acaso será una broma del destino;
una prueba de Dios,
que siendo tantas las vueltas de la vida,
nos vuelva a colocar?
Quizá, sea otra oportunidad,
tal vez no para enmendar
los daños producidos
pero si para disfrutar
lo que en su momento no pudimos.
Tengo miedo, debo confesar.
Todo este tiempo me esforcé por aceptar,
olvidar y perdonar
hasta cambiar todo mi ser,
pero ahora que te vuelvo a ver
y que esta vida me ofrece volverte a tener,
me doy cuenta que soy
la misma niña romántica
que tanto te amo,
y mírame escribiéndote otra poesía,
que situación tan irónica.
Quien me lo diría,
que a pesar que dije que te perdoné
después que tanto el corazón me dolía,
quiero que me beses otra vez
y otra, sea de noche o sea de día.
Y me resisto a sentir lo que “ya fue”
por este miedo de creer
de nuevo en tu amor
que ayer fue falso.
Debo arriesgarme, acaso?
Quien me dará la respuesta?
Quizá deba ignorar la oferta
y evadir la adrenalina que tenerte cerca
me provoca
y que al besar tu boca,
me hace tan dichosa,
tan mujer, tan loca.
Como adolescente camino,
mirando a la nada
y riéndome como boba,
olvidando mis miedos a ratos,
contando a uno los pasos
que doy para llegar donde tu estas.
Quizá, si me besas de nuevo descubra
la decisión que debo tomar.