Erase una vez
un niño de quince
seducido por una señora,
maestra en las artes sexuales
sádicas y perversas…
Al ñiño le dieron, de hombre da
sufrió, ahora hace sufrir
con varas y látigos,
obtiene el control
dando severos castigos
a niñas bonitas en baby doll
no ama, pues no lo amaron…
solo coge, y dice que coge duro…
¡Oh señor!, que dura es la vida.
El hermoso príncipe azul
en el que todas sueñan
esculpido como un David
-mucho mejor-, cuentan,
a toda mujer encanta con su mirada
nadie puede resistirse
ni la inocente niña anastasia
la cual se enamora, y por amor
cae en las garras del príncipe Gray
que se pensaba era gay
y resulto ser un cabrón.
Hijo de una prostituta viciosa
es “SALVADO” entre comillas
pues la Heroína pedófila y sádica
le carcomió las costillas
como un buitre del África.
Anastasia sucumbe a su encanto
seducida por lo bello,
y lo perverso de su trato
en juego donde el dinero no importa
pero como siempre es necesario,
ella le da su virginidad
antes de firmar un contrato
donde ella acepta ser la sumisa esclava
y él su perverso amo.
Por su amor, quiere que vea la luz
como una polilla va a ella
pero él es un ángel oscuro
solo se obsesiona de su estrella
no la ama…
solo se la coge, y se la coge duro…
Ella como Ícaro
vuela hacia el sol,
consiente se acerca al peligro
y cae, y sufre en agonía
Ícaro yace en el mar de Icaria
ella yace en su mar de lágrimas…
En esta historia sucede lo mismo que en la vida
el amor romántico de Anastasia
lucha con el deseo sexual del animal
entre sexo sin amor, y amor con sexo
en una primera parte no hay ganador
solo el lector disque aprende
algunos truquillos eróticos
No me digas, ¿Porno para mamas?
La autora admiradora del marqués de Sade
invierte el papel de la Justina
Anastasia es la buena, la ñiña divina
tiene una diosa dentro que le habla
la perversa como la Justina…
danzan dentro en su corazón
la diosa pasión y sus mariposas de amor.
Es una historia para conocedores
no para los que realizan sexo vainilla
¡Como si hubiese de todos los sabores!
¿Tu de que quieres tu paleta?
¿Que erotismo hermoso existirá?
En uno que coge duro y es sádico
que infringe dolor para controlar su ira…
Señor castígalos por perversos
que el sexo en humanos ya no es para procrear
mira, quítales el cerebro hazlos changos
y veras que te amaran…
¡Padre cúrame!
Que sueño con jaulas y grilletes
cadenas y chicotes
haz que Zara deje mi cuerpo y me ame…
sí, sí, Zara… quiero más, más
Perdón padre en que estaba?