Tejedora de versos

EL CARDENAL ELOCUENTE

En la copa de un limón seco

Casi besando el cielo, se hallaba un cardenal

Allí entre las ramas, de ese árbol reseco

Dejaba escapar su trino, como canto celestial

Y el viento le ayudo a convertirlo en eco

 

Vestido de rojo, y bajo los reflejos

Del sol naciente, niño del este

Pidiéndole a Dios un poco de suerte

Rogando, que la mano del hombre no cause su muerte

Se hallaba el con sus ojos perplejos

 

La gentil primavera de este mayo presente

Baño su plumaje con aroma de roció

 El Convertido en todo un elocuente

Seguía cantando bajo el cielo sombrío

De nubes celestes

 

Sereno y tranquilo, de que fue escuchado

Vatio sus alas y alzo el vuelo

Y la rama seca donde él estaba posado

Todas las mañanas espera su regreso