Porque has de existir,
Ingeniosa y absurda acción,
Que conviertes el dolor en odio,
Que abates sin rencor el corazón.
En mis penumbras te atrapo,
Si tratar de herir a nadie,
Pero te has de escurrir entre mis brazos
Maldita, porque has de atarme.
Cada cuanto tiempo,
Me has hecho sufrir
Ardiendo en mí ser,
El mal que en ti reposa.
En tus caminos solo hay desconfianza,
Ni el pudor, ni la conciencia te toleran,
De mi existir has hecho una desgracia,
En mi vivir cada paso un tropiezo.
Como sería mi historia,
Si mi alma no sufriera por ti,
Tus engaños y los míos,
En mi odio, no espero vivir.
Encarnando el oprobio de mi alma,
En la sombra de mis pasos te has convertido,
Abatiendo mis encantos,
Deprimiendo el tiempo empedernido.