Estoy muy preocupado por
tu silencio amigo.
No sé en realidad
qué decirte,
o cómo decírtelo.
Tal vez tendría que ser
más directo,
pero temo no obtener
respuesta.
Espero no tomes mal
mis breves palabras.
Te las transmito
porque me resulta extraña
tu ausencia.
Tal vez lo mío sea
una opinión muy
precipitada.
Diría que estoy
entre la espada y la pared.
Me arriesgo.
Solo me arriesgo.
No sé... no tomes
determinaciones drásticas.
No vayas a hacer lo que
no debes hacer.
La vida debe continuar.
Debes seguir viviendo.
Este tal vez, no lo sé,
sea un mensaje
que te envío.
Aquí tu presencia es
muy importante.
Para los que te
queremos. Somos muchos.
Da señales. Me preocupas.
Mi afecto y admiración
están con vos.
No solamente
son míos estos sentimientos,
sino el de muchos.
No hagas lo que no debes hacer.
Vive, hermano vive.
Te lo pido, de todo corazón.
El Señor Dios te va
a ayudar. Más yo no puedo
hacer, que pedirte lo que te pido:
no pierdas tu fe.
Siempre la has tenido.
Preséntate. Te lo pido.
Si mi intervención
es osada, te pido disculpas.
Estoy muy intrigado.
Quiero que regreses.
Disculpa mi pedido.
Nada más puedo decirte.
Todos los derechos reservados del autor( Hugo Emilio Ocanto - 28/09/2012)