Despierta mi alma en suave suspiro,
que arranca sigiloso/ en beso tus labios,
pienso, siento, te miro /acomodada en mis brazos,
te habla la almohada; busca tu regazo.
Con suspiros te abrazo/ llega el momento,
donde tu piel se desplaza/ sobre mis dedos,
liberando el néctar /de tus bellos parpados,
que revolotean- cual luciérnagas por la noche-.
Suspiro en silencio cuanto te amo,
y ya no quiero perder un instante/
en el que mis manos puedan acariciarte,
a ti bella princesa a quien clamo.
El sol te arrulla/ se filtra por la ventana,
la luna te mira y te reclama/ por la visita
que llego en la mañana, esta celosa/
tal vez huraña, porque su amante/ no está en su cama.
En un suspiro vuelvo a besarte,
embriagando despacio/ tu sexto sentido,
con palabras/ que te susurro al oído,
y nos quedamos dormidos/ de nuevo suspirando.