No puedo detener nada que me lleva al vacio,
delgado como un suspiro
tal ves llueva y nosotros solo escucharemos nuestros gemidos enloquecidos.
Desearía decirte y hacerte tantas cosas pero no me atrevo, luego las destruyo a mordidas e insomnios, después me quedo callado suspirando pensamientos para sentirme besado...
Por esa razón es extraño este amanecer, nublado, húmedo, callado, con cantos de pájaros desvelados, me despertó la lluvia que su sonido eran tus quejidos, con ternura inmensa, inatendible pero sentida.
Con tus besos abrazados a mi pecho, a mi boca que grita el sabor tuyo.
Con tus besos cuidando mis desvelos.
El amor es tan bello, más cuando sale como una estrella de tu boca.