Amor,
guarda la quietud del anunciado lucero,
preludio de un cielo tachonado.
Desde tus montañas de níveas coronas
confluyen tus abrazos,
silenciosa calma,
amortigua el eco de tus pasos.
Esencia arcana te circunda,
prolongados soles te proclaman.
Antiguo y renovado, tan proclive al ayer,
tan dueño del presente entre tus manos.
El águila planea,
avizoran sus ojos infinitos espacios,
Vuela libre en las alturas,
gigante, pequeño, humano.
Toma en tu vuelo el mundo,
que no te alcance lo profano.
Respira acompasado,
suelta al viento los sueños
al ritmo de tu corazón,
y en tu sangre,
te tocaran mis manos.
Viernes, 28 de Septiembre de 2012
01:56 p.m.