Al amor de una porteña
Barzoneando en la Red
un hidalgo castellano,
fachendoso y postinero,
quiso fortuna probar
con gallardía y esmero,
no queriendo fracasar
en un afán pinturero.
Allende los mares fue
donde una beldad topó
en el humilde Arrabal
del bello barrio Boedo.
¿Sabéis lo que le pasó
aun estando muy cabal?
Cortejarla decidió
a la beldad en su casa,
temeroso de pasar
lo que muchas veces pasa;
porque si no das la talla…
siempre puedes fracasar.
El hidalgo pinturero
que se fue desde Castilla,
cuando a su puerta llamó,
galante y dicharachero,
con esa ilusión que brilla
sobre hermoso candelero,
como estatua se quedó
al verse ante la beldad
y de esta guisa le habló:
-“Por su poesía quiero
hacer un pacto de amor:
Soy poeta aventurero…”
Y la porteña irrumpió:
-“¿Sois vos quizás aquel pibe
que no sabe lo que escribe?
En su vida no me meto,
pues quiero que sepáis vos
que mi amor está completo.
Soy Marta y os digo adiós”.
***/***
Humildemente, mi beba,
postrado ante vos escribo,
por si de su amor recibo
lo que ilusiona a mi amor:
Un hidalgo castellano,
con el corazón sincero,
ante una mujer hermosa
no sólo lleva una rosa,
muestra respeto, primero.
¿Puedo ofrecer mejor cosa?
Del jardín en su loor,
Porteña maravillosa,
quiero ofrecerle esta flor.
¿Puedo darle mejor cosa?
Ilusión de los amores
que parten del corazón;
arpegios de bandoneón,
afición en los albores
del tango la devoción.
Toma este ramo de flores
a cambio del corazón.
Poemas de Camilo*
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