En el mismo lugar, este, de siempre,
donde se refugiaron ambos presentes,
el tuyo, el mío, caminos de un amor:
el que nos mantuvo unidos y fuertes.
En el mismo lugar me eres frecuente,
recordar lo que pasé por así quererte
fueron tantas alegrías, como el dolor,
que no cabe nada mas para retenerte.
En el mismo lugar, espacio indeleble,
el tiempo encerró en huellas perennes
lo que quedó sin resabios de un sabor
que habitara nosotros; hoy, se pierde.
En el mismo lugar, lo que fue ardiente,
donde aprendimos amarnos elocuentes,
te digo adiós, y así, desear a ti lo mejor
porque, para los dos, será el siguiente.