Erase una vez un caballero que tenía cinco Princesas,
todas tenían un sitio en su corazón y llenaban su pensamiento.
El caballero, enfundado en su traje de sueños y fantasías,
estaba siempre dispuesto a matar dragones y asaltar castillos,
pero el caballero sólo encontró tapias bajas y lagartijas.
La única lucha que encontró era entre su Princesas,
pero el caballero a todas las quería, a todas adoraba,
su corazón quedo dividido en cinco pedazos,
en cinco desgarros que le hacían sangrar de tristeza.
Con el tiempo, una a una, se fueron marchando de su lado,
llevándose el trozo de corazón que la correspondía,
hasta que solamente le quedaron dos Princesas.
Las dos bellas Princesas estaban en paz y eran amigas
y el caballero se conformaba con poco, con tenerlas cerca.
Pero las dos Princesitas, allí mismo, junto a él, se alejaban,
el caballero se preguntaba cómo se puede perder lo que tienes a tu lado.
En realidad hay muchas cosas que se pierden ante tus ojos,
como la ilusión y la vida que poco a poco se van apagando,
pero cuánto duele perder la ilusión y cuánto duele perder la vida,
y para el caballero sus Princesas son parte de su ilusión y de su vida.
FÉLIX