MODESTOELPOETA1953

FUY UN FUMADOR QUE CON VOLUNTAD, PUDE DEJAR EL TABACO Y DE FUMAR


(las sensaciones que se sienten, cuando con mucha fuerza de voluntad, dejamos de fumar) Estamos ahora en el dos mil doce y me voy a situar en julio del año dos mil cuatro, en aquellos tiempos me fumaba más de tres paquetes de Marlboro al día, aunque ya estaba detrás de dejarme el tabaco varios meses y no podía, era algo traumático estaba escribiendo y me gustaba fumarme un cigarro de tras de otro, al mismo tiempo que pensaban mis adentros ¡Dios mío! no puedo dejarte ya que en realidad es un placer el fumar, tragarte el humo y he charlo por la boca y ver salir una cortina de humo esparcida por él airé que te rodea, miraba el paquete y me decía a mi mismo no te enciendo y entablaba una conversación intuitiva, entre el paquete el mechero y yo, era algo infumable e insoportable,  ese padecimiento interno ya que a mis pulmones siempre le ha hecho mucho daño el tabaco y me lo he dejado tres veces, dos veces unos cinco años y la última desde el cuatro de Julio del dos mil cuatro, ya van ocho años y pico los que llevó sin fumar y esta vez creo que será la definitiva aunque aún después del café del mediodía encendería un pitillo y sería un placer fumarte;
Porque en realidad, envidio al que se fuma solo tres cigarros al día y eso si que es más que un placer y no te hace daño, yo siempre he empezado así fumándome un cigarro después del café, del mediodía y gozaba maravillas  pero resulta al menos lo creo yo, que se empieza por uno hasta que compras un paquete y ya es una rutina que se transforma en un vicio insufrible, porque ya el placer de fumar no lo disfrutas empiezan los pitos en los pulmones y la garganta que te pide un cigarro detrás de otro, de todas maneras para mi es imparable y como le pasa al alcoholismo, que el que cae en esa enfermedad jamás tiene que probar el alcohol nunca, ya que cae en el oyó doloroso del alcoholismo otra vez, pues yo aún a pesar de que han pasado unos ocho años si cojo un cigarro que alguien me ofrezca seguro que entro otra vez y caigo en el tabaquismo y de hecho ahora mismo me están arrastrando mis sentíos a darle una calada a un pitillo y si lo hiciese caería otra vez en la trampa de esta droga que es el tabaco, de hecho los tres primeros meses cuando lo deje tenía en la garganta el sabor del veneno, de la nicotina y del alquitrán y es muy difícil salir de esta droga que es el tabaco, pero lo supere y aguante y ahora mi respiración no es una tormenta, en mis pulmones  y ningún agujero en mi bolsillo, ya que lo compraba el dicho Marlboro, por cartones y la noche del cuatro de julio dos mil cuatro, sobre las dos de la mañana en el trabajo, en una lata de grasa vacía queme siete paquetes y tire el mechero y fue ahí donde empecé a vivir de nuevo sin la cárcel del tabaquismo que aunque no tiene barrotes, te atrapa como una lapa y te destroza la salud y el bolillo, sólo hay que tener fuerza de voluntad y nada de parches ni sicólogos ni nada, nuestra mente tiene una corriente, que sí la descubres se hace tu amiga y puedes salir de cualquier droga, con mucha voluntad y como no con la ayuda de Dios, al que le doy las gracias por sacarme de esas cloacas y sensaciones llenas de tentaciones del tabaco, gracia Señor por darme fuerza y espíritu, para salir del cancerígeno tabaquismo, gracias y espero que jamás aunque tenga  tentaciones, dentro de mis sensaciones, caiga otra vez en esa lacra corruptiva del tabaquismo, gracias Señor, desde el corazón, gracias.
                          Modesto Ruiz Martínez/
domingo, 30 de septiembre de 2012                               Enviado desde mi ipad