Alma al aire

Tango no feroz

 

Puede ser un tango muerto

en tu mirada de cemento

que una tarde me congeló el corazón.

Puede ser una plegaria

en canaletas, acallada,

por la lluvia de un bandoneón.

O puede ser el eco

del placer secreto

que un día nos inventamos los dos,

susurrándonos canciones

que apartaban los sabores

del recuerdo de otro amor.

 

Lo que hoy me duele adentro

ayer fue gloria en el centro

cuando me dijiste que sí,

cuando a hordas desde el pecho

me nacieron mil sonetos

para hacerte sonreir.

Y lo que ayer mi alma tenía

hoy se vuelve noche fría,

fiebre que me hace latir,

por soñar una vez más

escucharte ese pícaro quizás

cuando entre caricias locas

te invité a dormir.

 

La pena que hoy me abruma

no se la lleva la luna

ni el susurro de otra voz,

no hay tregua que a mi piel

la perfume como aquel

beso suave de tu amor.

Sólo me queda reir

con los dientes de marfil,

con la mueca de dolor,

de mi tristeza maquillada

y en los confines de mi cama

dormirme pensando en vos.