Con el dardo de fuego de la sangre
descongelar anhelo,
el aroma a miel emanado de tu tez,
enloqueciendo la lucidez del intelecto
decorado con destellos de cordura.
La morbidez del embrujo de tu piel
incita las avideces mías,
a escalar con ardores desbocados
tus encantos.
los que sin misericordia invadieron mi yo
haciéndome cautivo.
Al pensarte estás en las hoduras
de pensamientos amorosos,
aprisionando sueños.
Ángel seductor
los instantes más placenteros,
son los que a tu lado paso
deseando no terminaran nunca.
Sin tu cariño,
el arrebol de los crépúsculos
sería gris.
bambam