Armando Cano

ESPEJOS, RELOJES.

Aun hoy mi amor por ti sigue intacto.

Inmóvil, sereno, dubitativo.

Tranquilo espera.

No se desanima de ti, ni decae.

No disminuye, ni se fragmente.

Es tolerante a tus rechazos, a tu desdén.

Se torna condescendiente conmigo y se solidariza.

No abandona su postura, mucho menos claudica.

Sigue tierno, dulce, leal. Benévolo.

Te allana el camino dispersando obstáculos.

No es engreído ni asfixiante. Entiende tus razones.

Conserva la calma, siembra rosas, recoge caracolas.

Construye escaleras, ya no más castillos de arena.

Señala sus yerros, mis yerros, los tuyos.

Se traga su orgullo. Te ofrece la paz.

Recorre la senda entre los palmares,

otea a las gaviotas desde la quebrada.

Bebe del arroyo que baja hasta el mar.

Colecta guijarros, cuenta amaneceres.

Sueña con veleros donde alegre vas.

Recoge trozos de madera que la resaca trae.

Mira espejos, relojes, cabalga entre olas.

Te ama. Tan sólo espera. 

Mantiene encendido el hogar

Para cuando, un día, tú decidas regresar. 

 

© Armando Cano.