Olvidé que los años pasaron rápido
que ya no era más un niño,
y que esta juventud de joven
empezaría a marchitarse.
Olvidé que el sol no sale de noche
por más que yo quiera su luz,
que no menguara la luna,
cada vez que yo quiera dormir.
Olvidé que las nubes no son de algodón
que la luna jamás ha sido de queso,
que la lluvia no viaja hacia arriba,
y que bajar una estrella no puedo.
Olvidé que el llanto sabe a despedida
que el adiós no es un hasta luego,
que los besos no son eternos
y las caricias son pasajeras del tiempo.
Olvidé que no es azul el cielo
que no hay luz sin oscuridad,
que no hay Viernes sin un Jueves
y que no retrocede el tiempo.
Olvidé que no hay verdad sin mentira
que no todo lo que sube baja,
que hay preguntas sin respuestas
y que el valor no es de los cobardes.
Olvidé que soy sensible,
que aún me duelen las heridas,
que mis ojos son riachuelos
y que lloro fácilmente.
Olvidé que te has marchado,
que no estarás en este invierno,
que el amor no es duradero
y lo nuestro ha terminado.
Olvidé lo inolvidable,
recordé que no me amaste
olvidé entre tantas cosas
que debía olvidarte…