Cuando miro tu mirada
puedo ver un poco más que tus ojos;
veo tu alma enamorada
y aunque no me digas nada
bien sé lo que callan tus labios rojos.
Tu pensar es un misterio
que muchos quieren intentar desifrar,
mas para entender tu imperio
no hace falta un buen criterio;
creo que es suficiente saberte escuchar.
y aunque no hablas demaciado
lo que dices es más que suficiente.
No importa lo que has callado,
importa lo que has hablado
para entender tu misteriosa mente.
Lo que calla la boca
no se puede esconder con la mirada
pues aunque el habla sea poca
si tu mirada me toca
no puede fingir que no pasa nada.
Ante tí estoy rendido,
ante la tierna voz de tu mirada
y aunque te borre el olvido
aún sé que siempre has sido
la mujer más dulcemente callada.