La manzana del edén
siempre como postre servido
después de un almuerzo pequeño
la garganta me ha herido
Y...se cerró el paso
del aire que yo respiro.
Vidriados los ojos ven
solo sombras y gran abismo.
Las fuerzas se agotaron,
los brazos se encuentran caídos
el mundo gira constante,
y...se acabaron suspiros
Pués el aire puro y limpio,
quedó fuera del cuerpo perdido.
Los párpados cayeron
como persianas vencidos.
Un adios temprano y liso
mi cuerpo quedó dormido.
Se llenó el espacio entero
de gritos y llantos heridos.
Un golpe fuerte y.... volvió
el aire que comprimido
lleno de nuevo este cuerpo
pués la hora no ha venido.