Que hay que saltar en el bosque,
juar con las aves,
esconderse en elos árboles...
Amar sin restricciones a tu prójimo,
Sin restricciones...
Brincando por la vida
día a día, buscando a otros sátiros
que jueguen con mis labios, con mi cuerpo,
la alegría de mi alma...
Pero, ¿qué sucede cuando un sátiro se enamora?
Acaso deja su naturaleza vana...
¿Transmuta en lo desconocido y se asusta?
Si estoy alegre, ¿qué importa si soy feliz?
Ha llegado bólido,
Como corriente de aire de otoño,
y desguardado, decoloro mi ánimo.
Ya no salto ni amo, ni toco la flauta,
por tí, sátira, que te quiero.
Por ti, sátira, que me quieres, pero
no estás conmigo...
Esa, vida, es tu mayor treta...