Mi piel canela.
Ella me mira
pálida, serena, inmaculada,
¡quizás! Irónica.
Ve mi caminar cansado
descalza en la vereda del frente.
Se burla de mi melancolía nocturna
y entre sosiegos y suspiros,
a veces rueda una lagrima
en mi piel canela.
Pienso…
En el tiempo,
en la distancia
en tu amor y el mío.
En las palabras
en las quejas,
en tus versos,
en las heridas
que dejo nuestro amor vedado.
Le faltaría tiempo al reloj de arena
para alcanzar tu simiente,
robarle un beso a tu boca prófuga
tras la distancia centrales de mi país naciente.
Pedir concilio
Transar treguas,
Haría la paz contigo
Entre sabanas de sedas.
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