Como quisiera yo que todo fuese distinto,
que la confianza nunca hubiese sido un extinto,
que mis lágrimas tú hubieses…sí, reconocido…
con sapiencia en la vida me hubieses conocido.
Cada vez que me acuerdo de ti siempre enmudezco,
culpable me siento y hasta parece un gran cuento,
y me enojo conmigo por tan grave conflicto
que no sé cómo resolver y lo doy por visto.
No sé que pasó, en dónde estuvo ese gran “fallo”
quiero muchas veces besarte y no sé, no me hallo.
Quisiera abrazarte y decirte ¡cuánto te quiero!
…o más bien ¡cuánto te amo! y en eso, no me veo.
Y no es porque no te ame, ¡por Dios, te amo!
es que la vida me negó momentos… hoy callo.
Se me pasó el tiempo y así tu ausencia creció
hoy por hoy, consciente de ello, de mi te alejó.
Sí, a la vida quiero culpar…mejor no esculcar,
no quiero herir, pero mi pena debe salir
no sabes cómo me duele, no puedo escapar
tranquila no puedo estar, ni tampoco existir.
Por eso hoy decidí yo, de algún modo soltar
mi gran necesidad, y con mis letras drenar…
a ver si rozo la paz y me quito un peso…
o termino de entender que fue mi gran derecho.
Culpable me siento por no ser otras mis letras,
que hasta un bello homenaje en ellas pudiera hacerte
Lloro…no me conoces…por no conocerte…
es tanto lo que esto desde siempre me afecta…
Herirte no está permitido, es sólo escribir,
tampoco quiero que sepas que esto es para ti
son palabras al viento, suspiros decaídos…
resecos en el tiempo y hasta recrudecidos …