Franklin Sandi

Hay días que están desnudos

Posé mis ojos

en unos ojos claros

 

y me bañaron con su luz

toda la noche.

 

Se hizo mirar una flor

silenciosa en su milagro

 

y agradecí a la mano

que la sembró en el florero.

 

No pasó más.

Fue suficiente.

 

Hay días que se entregan

como jovencitas desnudas

 

y es la muerte en esos días

 

espantapájaros

con un picaflor encima.