El día, se escurría cauteloso,
Como huyendo de las sombras,
Melancólicas del crepúsculo.
Quedando solamente el parpadear
Infinito de los minúsculos insectos.
¡Luciérnagas por doquier‼‼
Centellando luces verde fosforescente,
Del amor de hoy y de ayer.
Transmitiendo los mensajes telegráficos
De nuestros pensamientos.
De nuestros sentimientos.
Ahora las sombras del ayer,
Desplazan la razón;
Trayendo consigo,
El recuerdo, de tu rostro, verde estrellado
De tu achocolatada tez,
La suavidad de tus esponjados
Labios, de sabor a ti.
Aún vivo en el páramo centellante
Nuestro páramo de ilusión
Porque no quiero sufrir.
Nilo Ramos 02102012