....“Ella escucha la distancia surreal que hila la palabra y mancha de rojo la sed en las paredes muertas.”.....
Todas las olas del mar se quedaron dormidas
en el lago de octubre.
Plácidamente tibias, remotamente calmas.
Yo me iba vestida de abismos lunares
hacia el otoño.
Hambrienta de luz, todavía.
Todavía azul.
Melancólica y roja de ocasos marinos,
roja hasta el rincón más solitario,
roja en el vacío
Más violento.
Mía.
Sola y desnuda por la tarde
interrogada, rogada, oscura.
Con la luna en la piel, los pasos
extraños y tus labios, tus dedos, tu nombre,
en la voz.
Sé que volverá encendido por las noches
- el mar
en el sonido sordo,
en el ruido de conchas muertas,
en el rojo miedo del prohibido.
(Miento).
Y respiro -mientras tanto- el frío que pasa, lento.
Y si un día de éstos volviera a mis manos el invierno
- iroso, frágil
Secreto, rojo
Yo me haría dulce flor en la nieve,
lúcida impaciencia,
mariposa en tu oído,
pez
y poesía.