Al tenerte olvide lo que buscaba
me perdí en las sombras de tu ausencia,
me vestí de luto con tu falsa decencia
entre lazos rotos y puntadas ajenas
remendé lo poco que de ti deje,
pero ese hilo frágil de hilachas se hizo
y en suicidio desconfiado se volvió.
En los asuntos de tres me volví diez,
luego olvide lo que buscaba,
se me olvido que buscaba respeto,
se me olvido que buscaba integridad,
se me olvido que detestaba tu indiferencia,
se me olvido que me desangraba en tus viles indecencias.
Entre tanto escribo de nuevo la historia
sin llanto ni tristeza,
sin cantos ni ausencias,
despacio y sin muletas,
casi en los bordes de los acantilados
que una vez deje entrar,
casi tanto caí,
que el abismo no sentí
por que de tu mano me sumergí
en amarguras sin fin,
olvide lo que buscaba
pensando que me amabas
y se me olvido que me debía a mi misma la dicha de perderte
la dicha de no buscarte
y la dicha de olvidarte.