Eduardo Urueta

Será un mudo día

Te sufre este hombrecillo versado y prosaíco

te sufre la viva pluma suspendida en escribir su acecho.


Amigo, cuando me besaste, recogí los besos de mi amigo

después besaste a mi compañero, el de los lienzos,

quien también es compañero de mi amigo,

y le diste mi beso,

Ahora ya no nos besas,

estás besando los planos apuntillados

y nuevos de tu sitio.


“Para saber que todo se ha ido

¡amor inexpugnable, amor huído!

No, no me des tu hueco

¡que ya va por el aire el mío!”


Yo te vi llegar, amor, amigo,

de tu sombra, ahíto,

y la huella que estaba dormida

la vi despertar y morir luego.

La intención de la nube

fue llovernos

como la de la tierra

de absorvernos.

No sé si veré volverte,

no equivocado, pero irás punzado, asesinado y vivo.

 

Nunca diré, después de ahora,

aunque siempre lo escribiré,

y de lo que mi memoria salvará,

que el día de la blancura

será un arrinconado

un mudo día

en el que fui hallado de ti

fui distinto.