Vivo atrapada en el aroma que despide tu sexo,
en el cálido y húmedo sentir que me provocas.
Vivo atrapada en esas noches que se vuelven crepúsculos:
Tu cuerpo sobre el mio,
mordiendo tu cuello,
besando tu piel,
alimentandome de tu sexo,
penetrando mi alma,
satisfaciendo mi placer.
Vivo atrapada en tu cárcel de pasión,
de locura,
la única que me hace sentir viva.
¿A eso le llaman hacer el amor?
¡No! Lo dudo
¡Eso para mí es verdadera pasión!
Si tener pensamientos impuros es delito,
y la condena debo pagarla en tu cuerpo,
cometería mil y una veces más mi falta,
para no desprenderme de tu cama...