La pieza musical de mi entorno, hoy es palabra ultraísta,
otro remendado en el baile de los compases humanos.
Un día fui tu amante, tu compañero, tu guía
pero las lágrimas fermentan el quejido de la piel
y se siente el golpeteo del corazón despedazado
la sangre faltante es el saldo neto de tu amor
Me ofreciste tus campos
para que yo los viera extasiado
hasta tus zonas más recónditas
y me olvidara de dónde nací
o para dónde iba
así nació cantando mi futura poesía
y cuando todo soñé sin queja alguna
el sueño de profetas se transformó en pesadilla
hallándome forastero en tu terruño
desperté con tu palabra
sin querer verte acorralada.
La inopia estaba contenida en tus labios
pero no en los míos.
Mi palabra es sudario poético
forjada y aguerrida
no germinada en multitudes que hieren de amor lentamente
mi palabra es pasión colgada
que estrecha la distancia y saluda
no se sienta a esperar dónde o cómo llorar
es ardiente verano caribeño
el pozo del cual bebo, hoy herido
este poema podrido en la garganta
anegado en el dolor y soledad
Tal vez resulte inútil defenderse
de la ausencia de justicia ante tu fallo
solo aceptar la condena
aunque más grande sea la tristeza
de vivir sin tu cariño
de pie como los viejos guerrilleros
y volver a empezar.