El desierto es ese mundo
que a veces le llamamos corazón
la palabra rasgada
es esa voz que escondemos
el pensamiento que flota
la simpleza de esa aurora
que divide lo que somos
ese ardiente deseo de algo más
no es que sea absurdo el pensamiento
mas en el frecuente tintinear
de nuestra angustia
olvidamos
La piedra de donde fuimos tomados
o el brazo deznudo
de poderosa gloria
que contiene nuestra alma entre sus dedos
el amor que enternece
la luz que se apaga
la luz que se enciende
nos quedamos ausentes
de los angeles en la alfombra
que amparan la caída
y sin memoria
otra vez sentimos
que el desierto es ese mundo
que a veces le llamamos corazón