Hoy tu libro me hiere,
tus hojas no se mueven,
intento abrirlo
y un secreto esconde.
La clave es secreta
y el martillo no puede.
No es candado, ni cerradura
lo que me impide conocerte
Es lo que el hombre quiere al verlo
Son sentimientos carcomiendose
uno a otro, inmortales.
Hoy en mi sueño
he podido tocarte,
limpiar el pan
que en tus labios dejaste.
De lejos toco con mis dedos
tu figura cada vez más pequeña
al irte sin mirarme.
Y me quedo rechinando los dientes,
parado con una carta en mano,
muriendo y resucitando.
Cómo poder hablarte
si la primera palabra
comienza y muere en mí
El fallo me condena
por falta de pruebas
de amor hacia ti.
Solo quiero hacerte feliz,
ver tu sonrisa hasta morir.
Mirarte y mirarte
mi constelación... sin fin.