Te he vuelto a ver. Otra vez.
Debe ser que empiezo a quererte.
Apareces en mis primeras estrellas nocturnas,
apareces en el café de mis mañanas,
en mis sueños más livianos,
en el caminar de cada persona que se me cruza.
En las miradas más tiernas… allí apareces,
como un recuerdo imborrable,
como una huella marcada sobre la dureza de una roca,
como una sombra que persigue a su dueño.
Apareces en reflejos de cristal,
en pensamientos e imaginaciones.
Apareces en mí. En mi corazón, en mis ojos, en mi sonrisa.
Apareces como mi fantasma más fiel,
como la estela de un barco o el humo de un fuego.
Indestructible, siempre conmigo.
Y hoy has aparecido entre mis sábanas vacías.
Otra vez. Y otra vez que quiero volver a verte.
J.M. García
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