Sentir la naturaleza del que en su encanto entibia la gelidez de una puerta sin cerrar
Acercarse al paraíso y no desmentir el anhelo que se siente al haber tocado con ánimos las puertas del infierno
Reconocer en tus propios ojos que las sombras negras pronto asoman la apesadumbrada lentitud.
Comer el amargo alimento que surte la contradictoria esperanza, poder entender que para alcanzar lo dulce es necesario haber sentido el agrio sabor,
Comer y saciar la languidez con el néctar dulce que pronto desaparece
Rezar… E implorar al cielo por el perdón de los pecados, por el auxilio oportuno y por la necesaria redención.