josemiguel

Ni excepciones, ni hasta siempre

 Tengo de ti un pensamiento, revoloteando en mi mente,

Porque recuerdo tus frase,  excepciones y hasta siempre;

Pero ya no las escucho, expresadas con dulzura,

Cuando las decías tú, parecías tan segura.

 

Yo aunque mucho dudé, no quise contradecirte,

Y esas eran tus palabras, frente al hombre que quisiste;

Eso al menos creo yo me lo dabas a entender,

Y más crecía el amor que a ti te tuve mujer.

 

Usabas la de excepción cuando a mi me asegurabas,

Que eras firme y muy segura en todo lo que pensabas;

Y la que más me atraía era la de hasta siempre,

Porque esto me decías, serías mía hasta la muerte.

 

Pero ya todo acabo,  volátil fue el sentimiento,

Y como espuma en el aire ya todo se disolvió;

Lo que queda entre los dos son tan sólo los recuerdos,

Que tal vez los guarde yo y tú los darás por muertos.

 

Pero por bien o por mal, tú pasaste por mi vida,

Y mi paso por la tuya, no se si tú ya lo olvidas;

Así son muchas mujeres, ya cuenta me he dado yo,

Que  luego que se separan, maldicen, al hombre que las amó.

 

Maldíceme cuanto quieras, que yo te bendeciré,

Porque no guardo rencores, pero si como te amé;

Dime tú dónde enterrar el amor que asesinaste,

Para llevarle unas flores e ir por las tarde a rezarle.