En fin
los desastres la volvieron
majareta y desazonada
Pero
cerremos la boca de una vez
y dejémonos estar
en una suspendida lágrima
que jamás tome conciencia
Ya no llueve en ningún lado
¿Lo ves?
Por allá prevengo luz de amanecer
evidenciando el misterio nocturno
con su risotada solar
Allá en la lejanía
¡Más allá!
¡Todavía más!
¿Ves aquella sombra escarnecida
huir de su apariencia fantasmal?
¿Ves aquella sospechosa pisada
volar invisiblemente su terror?
¿Oyes la horda de susurros
desvanecerse en un escéptico murmullo?
Tu insomnio
locuacidad de hastío
despropósito de enmienda
te ha despertado
otra vez
(Kabalcanty. 1993)