david del lignum cruxis

Probablemente seguido, probablemente


Dónde están mis manos cuando necesito de herramientas,
dónde navega mi mirada cuando se quiebra una vela, una lámpara, una estrella...


Dónde se interceptan las caricias, la melancolía, las emociones;


¿dónde se pierden los malos ratos,
dónde nacen las buenas circunstancias...?


Cuando la soledad mata los recuerdos, reviven las sombras;



dónde encontrar más que eso sin perderme
sin extraviar el sentido;


dónde abrigar mis sentimientos
cuando más fuerte es el clima,
cuando más relincha el cielo enojado,
cuando más grande es el silencio...


Dónde rendir mis fuerzas después de una jornada pesada,
de un día duro...


¿Dónde?...


Responde amor
dímelo de noche,
responde de día,


respóndeme con tus manos,
respóndeme con los permisos del presente,
con el renacer de nuestro cariño,
con el fruto solemne que nos regaló el destino;


responde, hazme feliz,
contenta mis minutos,
alégrame.


Soy de ti..., soy lo que el sol maduró para ti,
sólo quiero ser tuyo como el mar es de Dios,


y con esa sinceridad muero por tu compañía;


nazco cada día desde tu sonrisa en mis recuerdos,
nazco y vivo en tus voluntades;


abrígame...


No quiero contemplar solo las puestas del sol;
sólo quiero alimentarme del palpitar de tu corazón;
sólo quiero saciar esta sed de soledad;
déjame hacer de tus sueños
mi quehacer, mi deber,


déjame caminar a tu lado una vez más


déjame caminar otra vez junto a ti en la eternidad...