PETALOS DE NOCHE

Un viaje en bicicleta*





Para él y ella, para una desconocida...                                                                  





De entre círculos de caucho
hasta los ciclos nostálgicos,
en la hebra metálica
atándose en mis dedos
hasta perder la mirada
en dirección al olvido...*


Neumática es la forma de contraer el músculo letal de la muerte
como expandir el carbono dentro de la mecánica de la vida*


Insertando
la diálisis
a un sol
agonizando
aceite

de entre la burbuja contaminante de helio/
ya cuando dejamos ciclos al camino* 

y nos dejamos la soga al cuello

en la metálica forma de contraer la saliva
de entre el sonido encapsulado
de tu boca en silencio* 

... Perseguimos
la tierra
de entre
huellas

atrapadas por el movimiento del viento/

de ahí cuando sentimos desvanecer
ya parte de nuestros cabellos
amarrados en la metálica forma de orbitar
la culpa con el sentimiento... 

¿Y no queda nada!

dejar los soles nocturnos

amarrados a costillas metálicas

de entre
el cuerpo
contrayendo
electricidad

en la penumbra de clavarse las manos
en dirección a la estática suicida... 

magnetizada con la inducción

de perder el mercurio de los pies
más allá de la fuerza gravitacional 


ya cuando me enhebro al cuerpo tosco y frío
y de mis pies clavo mis púas a pedales híbridos
en la sequedad de corromper la física onírica
de entre los preámbulos del sonido del futuro

a lamentos
del desenlace
del ayer-

cuando permanecí
en sufrimiento


de entre la mecánica de enajenarme de la herida

más allá de ruedas esparcidas por la inmensidad de una lágrima

entre la órbita de sueños pendulantes con la motricidad 

de un cuerpo pendulante con sus manos al cielo,

¡Su cuerpo al suelo quebrajo de madrugada! 



al movimiento de la estática de un agonizante intervalo

atrapado en el viaje inherente de unos ojos crispados
en la fusión de células; exteriorizando su lamento...*


-Ahogado y funesto, ahogado y reiterado-

las ruedas de caucho amputadas a sus pies

al viaje de atropello en busca de sus sueños* 

-en la inevitable conducción del litio de su pecho-


por la rectilínea
curva de sus pies

pendulantes
al extravío
de su cuerpo


ya perteneciente a la otra dimensión-


de una puerta llevándole sus pedales

de entre el ciclo de él con la muerte

y el desplazamiento de su voz

en la trayectoria
de el final
de su historia...
-Mi historia-





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