¡A Jesús, el hijo de Dios
Cierro mis ojos y veo tu rostro
Cierro mis ojos y veo el mar
Cierro mis ojos y veo la selva
Cierro mis ojos y veo la nieve
Cierro mis ojos y siento el amor
El amor de tu divino rostro natural
Tu divino rostro celestial
Que me dio la inmensidad del océano
Que me dio la luz, que me dio el mar
Que me dio la existencia
Que me dio la felicidad
La felicidad de ser
La felicidad de existir
La felicidad de compartir
¡Gracias Divino Rostro!
¡Gracias por vivir en mí!
9/10/2005
Autora: Ingrid Chourio de Martínez