(Dedicada a Federico García Lorca)
Quieto en la vereda caminando despacio
a su espalda los sembradores de la muerte
en aquel hermoso paraje saturado
de la esencia de azucenas y claveles
Un lamento sutil, broto de las entrañas
un halcón y los tordos volaron agitados
en el cedro durmiente quedo su cuerpo
ojos mirando al cielo, sus brazos abiertos
risas nefastas, se oían en la distancia
mientras enterraban el cadáver
zarzuelas de Viznar , odas de alfacar
lo que diste a granada y tu vasta tierra
tu dulce vida en alma y verso
tu amor tu sueño y España tu sentimiento.
León Roch
01/10/2012