Ángela
Yo recuerdo que en mis brazos
te mecí tantas noche,
a tus ojos grisáceos
le mime su mirada,
en las noches de llanto
calma encontraste en mi regazo
y en profundo sueño
dormimos hasta el alba.
Y fuiste consentida
De mi amor y mi ternura
La niña de mis ojos
Dulcemente mimada.
A ese brillo estelar
De tu diáfana mirada
Le consentí los juegos
Y las canciones de nana.
Eres la nobleza
Que en bondad te atrapa,
Suavidad de palabras
Cuando agachas la mirada.
Presencia primorosa
De tu juventud anhelada,
En tus manos un diploma
Y la distancia nos separa.
¿Que importa que mi vientre?
¿Nunca albergara tu semilla?
Este amor no nos separa.
Es la sangre tan fuerte
Que me enorgullece tu descendencia
Mía serás por siempre
Aunque no seas retoño de mis días.
Y extraños tus caricias
Tus travesuras y las mías
La complicidad albergada
En nuestro corazones.
¿Que será de aquellos viernes?
Sin ti, amada mía,
se vuelven melancolías
alargándose la jornada
Te llaman las aventuras
De largas caminatas…
¿Recuerdas Ángela mía?
Como no recordar
esas horas tan deseadas
Mi nido quedo vació
Aquella ves en tu partida.
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