DE PRINCIPIO A FINAL
Nuestra Vida es todo un camino
al que debemos recorrer;
nuestro capricho es el Destino,
el que debemos comprender.
Es difícil, si tú no entiendes...
¿El destino...? Tú lo decides.
Y el capricho, si lo comprendes,
¡es pedir más de lo que pides!
Eres el dueño de tu vida
de tus esencias, de tu ser;
el esclavo, en cierta medida,
del reino propio, y sin saber.
¿Qué? ¿si lo simple es complicado?
¡De nuestra Vida son secretos!
Pues si junto a ti un ser amado
que te ama hasta el esqueleto,
¿vale si es simple o complicado,
si en su vida intuye el Secreto
de amar, amarse y ser amado?
-¿Y el Amor?
-¿Lo ves...?
¡Y lo describes con soltura!
porque tú nombras al Amor,
¡el de máxima sabrosura!
porque, conoces al Autor,
el de mayor Investidura,
el mayor Jefe, ¡el Creador!
de lo más simple y complicado,
y que en su Mente, ¡y sin papel!
el Principio nos lo ha creado
y que, ¡por muchas gracias a Él!
quizás, el Final, ha olvidado.
Y la Verdad y la Esperanza
palabras sueltas, sin sentido,
que si entiendes, con más confianza,
verás que no te habrás mentido.
Planteado así, la esperanza
que alguna vez hemos perdido,
con la Verdad que sobreviva
junto al Amor enmohecido,
pedimos que nadie cohíba,
ni nos quite el libre albedrío
de tener magna Libertad
y de elegir nuestro Destino,
mientras franqueamos caminos
¡que, libres, hemos elegido!
***
Eduardo Faucheux
21-01-2011