Usted ha ganado, esta muy bien escondido y yo no pienso encontrarlo, cuando usted quiera; salé, me busca y entonces cara a cara nos cantamos las verdades. He pensado seriamente en su cara, en sus manos, en su cuello y hasta en su torso pero nada de esto me lleva a usted, nada de esto es real, ni siquiera usted.
No se preocupe estamos en sitio de espera, los doctores ya pasaron por aquí y dijeron que solo era un malestar pasajero y tardío, ¡imagínese usted lo que esta pasando!
Igual tenemos que esperar juntos.
Y si usted fuera químico no tiene que preocuparse por nada; ya vera que nuestro amor será fiel a las leyes biológicas: nace, crece, se reproduce, y si; también muere.
No tenemos que hacer un desfile o un escandalo premeditado; solo haga de cuenta que existo, que me ve entre la gente, que me encontró… aunque eso no sea cierto. Pero cuando en verdad nos encontremos y si usted no es químico no se preocupe porque yo lo seré, entonces cuando lo vea le diré: “esto es química pura dentro de nuestros cuerpos, en nuestros ojos”.
Señor; por favor no me amargue la existencia pensando en que no está, haga el favor de aparecerse y ya, recuerde usted ha ganado.