nydshe sernaque gamarra

BELDAD 1 206

Sinceramente para la Thalía

de mis novelas.

 

¡Despierta! El pedacito de azúcar

desapareció.

Fue llevada por diminutas hormigas

manipuladoras de tiempo.

La niña dejo de ser niña,

creció aquel tesoro y por donde andará.

 

Grita asustado nuestro miércoles

en oración.

Vuelve a jugar las cartas. OH, divina

adivinadora.

Nárrame si esa niña por mis campos volverá.

 

E caído mil veces en el pozo sin fin del amor

y porque no, también del recuerdo.

Ahogue eternamente mi sombra

por no pedir socorro.

 

El amor y el recuerdo son aros profundos

de los cuales nunca podre huir.

Creías que lo había olvidado – que por fin

se me había pasado.

 

Lamento informarte, pero no tanto,

todo lo que en una tarde caída te dije

es verdad – esto es real.

Sois primera entre las primeras

y no tengo porque mentir,

decidme pues como seria mentira.

 

La carta escrita alguna vez nunca llego a tus manos

te soy sincero: Temprano, tempranito

frente a tu casa cual fantasma estaba

te veía a escondidas

cuando apurada al colegio salías.

 

Tan cerca pero igual de lejos,

nunca me veías  por falta de espejos.

Ese rojo carro te llevaba

esperando mi alma anhelaba

coincidir con la tuya en algún punto del plano cartesiano.

 

Sabía es natura

por hacernos diferentes,

nunca tan sabía

por cerca ubicarnos.

Thalía de mis novelas

que en noche sin luna me desvelas

debajo de la mesa, eternamente, los dos niños

jugaran muy cerca al sofá

como dos traviesos angelitos.

 

Tu poeta, rítmicamente, silba tu aparición

espera el milagro

de que llegue la virgen a su altar.

Poniendo fin este maleficio.

Si la H es muda déjame saltearme a la E

para darte este ramo de rosas como segundo nombre.

 

Contaron por ahí… ilustres aedas:

es fácil que un demonio se enamore de un ángel

(¿lo crees?) – es verdad, par muestra nuestro botón.

Sois primera entre las primeras

No tengo porque ocultarlo, decidme pues porque lo haría.

 

Quiero que leas este poema

como tantos que lo han leído, ve que no engaño.

Esta la luz pendida, empiezo a imaginar, estas ahí,

fluye este poema sin control

recordando lo recordado – haber si recuerdas este recuerdo.

 

Tato para decirte… tan pocas horas,

sabes…. Este sentimiento nunca nadie podrá matar

mucho menos borrar

sin embargo decides callar,

repitiendo… nunca funcionara, olvídalo ya.

 

Que felicidad sentirías tú y Yo si ese sueño se hiciera realidad.

Ángel de luz invita un poquito de esa luz

para este ángel demoniaco…. Una y otra vez no me cansaría

de verte y hacerte feliz, una y otra vez alabaría tu belleza

con mucha grandeza.