Sinceramente para la Thalía
de mis novelas.
¡Despierta! El pedacito de azúcar
desapareció.
Fue llevada por diminutas hormigas
manipuladoras de tiempo.
La niña dejo de ser niña,
creció aquel tesoro y por donde andará.
Grita asustado nuestro miércoles
en oración.
Vuelve a jugar las cartas. OH, divina
adivinadora.
Nárrame si esa niña por mis campos volverá.
E caído mil veces en el pozo sin fin del amor
y porque no, también del recuerdo.
Ahogue eternamente mi sombra
por no pedir socorro.
El amor y el recuerdo son aros profundos
de los cuales nunca podre huir.
Creías que lo había olvidado – que por fin
se me había pasado.
Lamento informarte, pero no tanto,
todo lo que en una tarde caída te dije
es verdad – esto es real.
Sois primera entre las primeras
y no tengo porque mentir,
decidme pues como seria mentira.
La carta escrita alguna vez nunca llego a tus manos
te soy sincero: Temprano, tempranito
frente a tu casa cual fantasma estaba
te veía a escondidas
cuando apurada al colegio salías.
Tan cerca pero igual de lejos,
nunca me veías por falta de espejos.
Ese rojo carro te llevaba
esperando mi alma anhelaba
coincidir con la tuya en algún punto del plano cartesiano.
Sabía es natura
por hacernos diferentes,
nunca tan sabía
por cerca ubicarnos.
Thalía de mis novelas
que en noche sin luna me desvelas
debajo de la mesa, eternamente, los dos niños
jugaran muy cerca al sofá
como dos traviesos angelitos.
Tu poeta, rítmicamente, silba tu aparición
espera el milagro
de que llegue la virgen a su altar.
Poniendo fin este maleficio.
Si la H es muda déjame saltearme a la E
para darte este ramo de rosas como segundo nombre.
Contaron por ahí… ilustres aedas:
es fácil que un demonio se enamore de un ángel
(¿lo crees?) – es verdad, par muestra nuestro botón.
Sois primera entre las primeras
No tengo porque ocultarlo, decidme pues porque lo haría.
Quiero que leas este poema
como tantos que lo han leído, ve que no engaño.
Esta la luz pendida, empiezo a imaginar, estas ahí,
fluye este poema sin control
recordando lo recordado – haber si recuerdas este recuerdo.
Tato para decirte… tan pocas horas,
sabes…. Este sentimiento nunca nadie podrá matar
mucho menos borrar
sin embargo decides callar,
repitiendo… nunca funcionara, olvídalo ya.
Que felicidad sentirías tú y Yo si ese sueño se hiciera realidad.
Ángel de luz invita un poquito de esa luz
para este ángel demoniaco…. Una y otra vez no me cansaría
de verte y hacerte feliz, una y otra vez alabaría tu belleza
con mucha grandeza.