En la obscuridad crepuscular
contengo dolorosamente
un alarido lleno de rencor,
decepción y desamor;
uno a uno en cada latido
quieren escapar esos gritos
infernales para desgarrar
mi garganta, mi alma y corazón;
más ante el dolor intento
encontrar en mi fortaleza
hasta desmayarme en sueños
que se convierten en pesadillas,
en pesadillas que se vuelven sueños,
espero y me contengo hasta
el amanecer esperando convertir
el rencor, decepción y desamor
en perdón, esperanza y amor.