Revélame las palabras que en silencio el corazón te mande,
Como el canto de un ave trinando amor en la fresca mañana;
Como estalla el rio que corre libre atreves del exuberante valle,
Como susurra el viento entre las hojas, lo que la naturaleza sueña;
Derrama sobre mi piel lo que el volcán apasionado destila,
Trasmíteme el silencio que grita la grandeza del universo;
Fecúndame de vida, como lo hace la esperada lluvia en tierra árida,
Enséñame el misterio de la vida y su creador, encapsulado en un verso;
Declárame en un dulce beso lo que brilla en tu mirada.
Alcánzame la estrella que nos une atreves del cielo,
Sumérgeme en una lágrima al fondo azulado de un mar en tu retina;
Mientras mis manos enredo en el ébano ondulado de tu pelo,
Consume el néctar de mi colorida rosa, cual colibrí calmando el ansia;
Báñame la piel con suaves caricias, igual que la constante ola a la arena de la playa,
Enamora mis sentidos como imagen sempiterna del perfecto cosmos;
Y con el vigor de tus brazos envuelve cual atmosfera a la tierra,
Se como el ave que surca vigilante el nido, cuidando este amor que yo te diera;
Guarda amoroso, cual tesoro preciado, este corazón bañado en el oro del verdadero amor