Un seis de octubre te conocí,
En medio de un jardín de flores,
Con bellas rosas a tu merced te vi,
Recupere la fe y las ganas de sentir,
Por tu nombre la felicidad vino a mí…
En tu rostro vi la pureza y la lealtad,
Pero tras de tus ojos vi ganas de amar,
Y en aquellos labios la falta de besar,
Fue un instante tan bello y especial,
Que en segundos caí a la merced de tu bondad…
Reina déjame ser tu romeo,
Deja que cupido te envié mi mensaje,
Y veras que poco a poco aterrizare en tu ser,
Y con miles de rosas caeré a tus pies,
Cantando y gritando que seré tu hombre fiel…
Te juro que esto no es una mentira,
Ni mucho menos una fantasía,
Ni tampoco un cuento de hadas,
Estas son las palabras de un ser que ama,
Que hoy te ha conocido y le bendijiste el alma…
Tampoco te diré que te bajare las estrellas,
Ni que te llevare a conocer la luna o más allá del sol,
Pero si te puedo decir con todo el corazón y testigo Dios,
Que estoy encantado con lo tierno y bello de tu yo,
Que daría más allá del amor por ser parte de él,
No perderé la fe, porque seré como miel en ti,
Que te endulzare y hare que envuelvas en mí.
Fue un seis de octubre especial en mí,
Aunque muera siempre estarás en mí,
Conocí el amor sincero gracias ti,
A donde este lo sentiré solo por ti,
Y solo lo podre dar si es para ti,
Como un siete solo te amare a ti Rosemary…