"Hay tanto lodo fuera" -decías-
"Hay tanta vida fuera" -decías-
"Hay tantos que dicen mucho" -decías-
-pero siempre dicen nada-
Y en la comunión de pies confundidos,
se perdía un pedazo de tus ojos
-se perdía; ¡se perdía!-
de entre huellas ilícitas
[con la vida]
entre charcos escritos
[con tinta]
de tu sangre
al vinagre
de los días
decías -decías-
"Mi lamento
morirá
de entre ecos
ahogados
por el lodo
metálico,
nacido
de un llanto
hereje
al escucharte
muerte"
Sacudiendo las sábanas
ojos fecundos
[en la nostalgia]
de entre arrugas de tejidos
escritos en párpados
más allá
donde el ojo termina
detallando la expresividad
de la naturaleza incierta
en los pequeños momentos
cuando el cielo vomita balas
y en sus cápsulas sonrisas . . .
¡Despiertas!
el asbesto dormido
en tus pies de cemento
en veredas, huellas
de tus lágrimas de asfalto
de en charcos ahogados
del doliente pavimento
cuando el sonido
de la lluvia agoniza
por heridas del tiempo...
Dejando tu cuerpo
adherido a mártiles árboles
de entre la corteza
-pequeños sueños-
de entre los frutos
-el oxigeno contaminado-
por el veneno integro
en la libertad
de soñarte
en una cápsula
fundida
en el óxido
de pequeños viajeros
-perdidos en la pérdida de perderse-
como el pequeño mar ahogado
en la burbuja gris de una ciudad
atrapada por la tristeza inherente
con los cádaveres creyendo en la vida
y los vivos sacudiendo
sus muertos sentimientos...
Y a tráves de techos infértiles;
la dosis del presente
se adhiere al futuro,
quebrándose en lágrimas
de un mar escrito en el cielo
y un cielo cayendo
en las profundidades del asbesto
de un cuerpo mirando el cielo...
-decías- "hay tanta vida fuera"
-decías- "hay fuera tanta luz"
-decías- "hay tanto oxigeno fuera"
y te decía:
Cierra tus ojos
y encierra a la ciudad gris,
-enciérrala en asfalto;
en la libertad de tu pavimento
tan extendido que llega al mar
del vinagre de tus sueños
allí donde te cierras
con la última gota química
y despiertas con el origen
de la realidad de un mar
enfrascado en tus manos,
cristales de tus ojos muertos...
Tan nuclear como la división del sonido de un adagio incorruptible
en la linealidad de los ecos agudizados por el corazón ebrio
de escenas dramáticas en frente de la guerra, el hambre,
la tristeza de una naturaleza, llorando químicos y heridas secas...
...
Jhoel Pharra...
Ciudad Gris...
Una fecha pérdida en el tiempo, pero recordada aunque duela...
...