Tú que llegaste a mi ser
como nadie lo supo hacer.
Tú que entraste hasta el fondo de mi alma
Ahí donde solo una persona llega
Y tocaste de ella las fibras más íntimas
Que nadie pudo tocar. Tú solo tú amor mío.
Entraste ahí en el centro del centro
De mi esencia de mujer.
Y la enamoraste a más no poder.
Y sembraste en ella tu esencia.
Y creces y vibras y floreces
Y desde adentro me haces estremecer.
Tú con tu vuelo de cóndor
Tú con tu inquietud de cervatillo
Con tu canto de gorrioncillo
Vives en mí con toda la vitalidad
Que hace de ti el hombre ideal
Para amarte, para arrebatar mis sentidos
Para entregarme a ti con frenesí.