ave de paraiso

ANGEL

Te he visto varias veces, tus manos me tocaron otras tantas, 

manos suaves de porcelana que además curan y sanan, 

por el tocar de tus manos tuve deseos ardientes sin motivo aparente, 

tu franca sonrisa y tus palabras sinceras, de repente aceleran mi mente, 

siento miedo cuando te veo de no poder contener este deseo de placer, 

mis ojos te miran en tu bata blanca resplandeciente 

como si fueras un ángel viviente, 

cuidadoso al hablar, suave al tocar y muy fácil de agradar, 

y no hay de que preocupar nada entre nosotros ha de pasar, 

a menos que quieras tocar un cuerpo candente por una vez nada mas, 

este sentimiento reprimere y en mi mente recordaré, 

que un día el enfermar me dio la oportunidad de conocer a un Ángel de verdad.