Cuéntame viejo, cuéntame de la tierra sus secretos, explícame como esas manos de sol labriego, brindaron de la madre el recitar suave de sus cuentos. Cuéntame viejo, como llora en la secreta noche sus lamentos, odisea perturbada que daña sus mañanas.
Agricultor de tiempos, hijo de sus arrebatos, háblame de la tierra que tenemos debajo, la que nos alimenta pese nuestro castigo despiadado, la que nos colma de suspiros en su camino, la que llora sabiéndonos vencidos.
Cuenta al mundo desde la humildad de tu trabajo,como la estamos estrangulando en una lentitud agónica, reo inocente tras los barrotes que le hemos creado. Hijos desagradecidos, que no prestamos más auxilio, que al del ego como individuo.
Viejo de oficio, sol y tierra. Grítalo, alto y claro al mundo, pues tu si, tu. En ella has nacido, de ella has comido, en ella has aprendido, y a ella serás devuelto como lo que somos, despojos de un destino, ese, al que tú viejo, si fuiste capaz de sacar partido, prestando corazón y oídos.