Vida y fuerza…
A mis oídos resonantes la música orquestada,
y a mis ojos el sendero largo que con lleva paz.
Campos de oro intensamente amarillos
al nacer el sol las retoca con tonalidades doradas,
el viento suave mece la primavera
el cielo pregona canción divina.
Retoñan aquellos árboles que fueron solo ramas secas
abandonando la altivez del invierno,
la pradera aceitunada se viste de esperanza
en vehemencia absoluta me encuentro conmigo misma.
Los retamos maduros van perdiendo magnificencia
Los prados dibujan formas contorneadas de alegría,
El Roble de Neuquén exhibe escaso fruto entre sus ramas
la flor del Rap gobierna mi tierra.
Retoma vida y fuerza la tierra,
Entregando vibraciones de fortaleza,
Posé mis ojos cansados en ellas,
Y encontré, calma ¡dulce y gran calma!…
El gorrión baila y alza vuelo entre los prados,
Sus delicados pies los poza jocosamente,
El zorzal canta himnos de regocijo
El queltehue elegante se pasea entre los tranques.
Un respiro profundo emerge abonando vida
Mientras en mis horas la primavera se inicia.
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